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28-07-2022

Día Mundial contra la Hepatitis




Autora: Dra. Dolores Gagey

Cada año, desde el 2010, el 28 de julio se celebra el día mundial de la hepatitis para concienciar sobre las hepatitis víricas, que inflaman el hígado y causan enfermedades hepáticas graves y cáncer de hígado. 

El día fue elegido en honor al natalicio del Profesor Baruch Samuel Blumberg, descubridor del virus de la Hepatitis B.

Con el lema 2022 Llevando la atención más cerca de ti, se busca acercar la atención a las hepatitis a los centros de atención primaria y a las comunidades para dar más acceso al tratamiento y la atención, sea cual sea el tipo de hepatitis que se padezca. 

El objetivo de la OMS es eliminar las hepatitis víricas de aquí a 2030. Para lograrlo, ha pedido a los países que fijen metas específicas:

-reducir en un 90% las nuevas infecciones por las hepatitis B y C

-reducir en un 65% las muertes por cirrosis y cáncer de hígado

-diagnosticar al menos el 90% de los casos de hepatitis B y C

-tratar al menos al 80% de las personas que reúnen los requisitos para ello.

Este año el mundo sufrió un nuevo brote de hepatitis aguda de origen desconocido, aparentemente no provocadas por ninguno de los virus conocidos hepatitis A (HAV), B (HBV), C (HCV), D (HDV) y E (HEV). Este nuevo brote sirve para recordar los miles de casos de hepatitis víricas agudas que afectan cada año a niños, adolescentes y adultos. La mayoría de las hepatitis agudas causan síntomas leves e incluso pueden pasar desapercibidas, pero en algunos casos provocan complicaciones e incluso la muerte. Se ha calculado que en 2019 se produjeron en el mundo 78 000 muertes por complicaciones de infecciones agudas por los virus de las hepatitis A, B, C, D y E.

Los virus de Hepatitis B y C causan más 1,1 millón de muertes al año, a pesar de esto, la hepatitis viral continúa siendo una enfermedad en gran medida olvidada o desconocida. La mayoría de estas infecciones es prevenible pero la mayoría no sabe cómo. 

Las hepatitis virales B y C son grandes desafíos para la salud pública ya que afectan a 325 millones personas en todo el mundo. Éstas son las mayores causas del cáncer de hígado, lo que lleva a más de 1,1 millón de muertes cada año.

En la región de las Américas hay cada año 10.000 nuevas infecciones por el virus de la hepatitis B, que podría estar causando hasta 23.000 muertes anuales y 67.000 nuevas infecciones por el virus de la hepatitis C, que podría estar causando hasta 84.000 muertes anuales como consecuencia de cáncer de hígado y enfermedad hepática (cirrosis).

Las hepatitis B y C son infecciones crónicas que pueden mantenerse asintomáticas durante años o décadas. Al menos un 60% de los casos de cáncer hepático se deben a un diagnóstico y tratamiento tardíos de las hepatitis B y C.

Solo en 10% de las personas con hepatitis B la infección llega a diagnosticarse; de ellas, un 22% reciben tratamiento.

Solo en 22% de las personas con hepatitis C crónica la infección llega a diagnosticarse; de ellas, solo 18% reciben tratamiento.

El test para las hepatitis A, B y C permite iniciar un tratamiento oportuno y evitar la transmisión.

Las hepatitis A y B son prevenibles con vacunas. Los tratamientos para la hepatitis B crónica y para curar la hepatitis C, son seguros y altamente efectivos. Un 42% de los niños tiene acceso a la vacuna de hepatitis B

HEPATITIS B

La hepatitis B es una infección hepática potencialmente mortal causada por el virus de la hepatitis B (HBV). En 2019, la Hepatitis B ocasionó 820.000 muertes, principalmente por cirrosis o carcinoma hepatocelular. Se estima que en 2019, 296 millones de personas padecían la infección por el virus y de ellas solo el 10,5% (30,4 millones) sabían que la tenía y tan solo 6,6 millones estaban en tratamiento (22% de los que conocían su diagnóstico). Según las últimas estimaciones de la OMS, la proporción de menores de cinco años con infección crónica por el HBV descendió a algo menos del 1% en 2019. Antes de que se introdujera la vacuna contra esta infección (en el periodo entre la década de 1980 y principios de la de 2000), esta proporción era del 5%. Cada año se producen 1,5 millones de nuevas infecciones por HBV. 

La infección hepática puede ser aguda, de las cuales el 0.1% es fulminante, o crónica con progresión a cirrosis y/o cáncer hepatocelular. Más de 296 millones de personas tienen (a largo plazo), infecciones crónicas del hígado. La progresión a la cronicidad es inversamente proporcional a la edad de adquisición de la enfermedad, la mayoría de los niños infectados progresan a cronicidad. El cáncer hepático es casi siempre mortal, y suele aparecer a edades en que los pacientes son muy productivos y tienen cargas familiares. En los países en desarrollo, la mayoría de los pacientes con cáncer hepático mueren a los pocos meses del diagnóstico. En los países de ingresos altos, la cirugía y la quimioterapia pueden prolongar la vida unos cuantos años.

Desde 1982, existe una vacuna, segura y eficaz, que puede prevenir la Hepatitis B y se encuentra incluida en el plan de vacunación en Argentina desde el año 2000. Fue la primera vacuna contra un cáncer humano.

No hay un tratamiento específico contra la hepatitis B aguda. Las medidas se centran en mantener el bienestar y el equilibrio nutricional, que incluye la reposición de los líquidos perdidos por los vómitos y la diarrea.

Personas con hepatitis B crónica que requieren tratamiento, pueden ser prescritos medicamentos antivirales, como tenofovir y entecavir, y también inyecciones de interferón. El tratamiento puede retardar la progresión de la cirrosis, reducir la incidencia del carcinoma hepatocelular y mejorar la supervivencia a largo plazo. El tratamiento, sin embargo, no es fácilmente accesible en muchos entornos con recursos limitados.

Algunos pacientes con cirrosis reciben trasplantes hepáticos, con diverso éxito.

La transmisión del HBV es vertical, de la madre al niño, principalmente en las zonas de alta endemicidad, y por relaciones sexuales o contacto con agujas contaminadas, especialmente entre los consumidores de drogas por vía parenteral, en las zonas de baja endemicidad. Por su vía de transmisión y su alta infectividad (es entre 10-100 veces más infectivo que el HIV) representa un importante riesgo laboral para los profesionales sanitarios.

HEPATITIS C

El virus de la hepatitis C (VHC) causa infección aguda y crónica. Por lo general, la infección aguda es asintomática y muy raramente se asocia a una enfermedad potencialmente mortal. Aproximadamente un 15-45% de las personas infectadas eliminan el virus espontáneamente en un plazo de seis meses, sin necesidad de tratamiento alguno. El restante 55-85% de las personas desarrollarán la infección crónica. De esas personas, el 15-30% correrán riesgo de cirrosis hepática en un plazo de 20 años.

En el mundo hay 58 millones de personas con infección crónica por ‎el virus de la hepatitis C, y cada año se producen alrededor de 1,5 millones de ‎nuevas infecciones. Hay 3,2 millones de adolescentes y niños con ‎infección crónica por el virus de la hepatitis C. Se estima que en 2019 fallecieron aproximadamente 290 000 personas ‎debido a la hepatitis C, sobre todo por cirrosis y carcinoma hepatocelular (cáncer ‎primario de hígado).‎ 

Existen tratamientos eficaces para la infección por el virus de la Hepatitis C, con los cuales podría decirse que esta enfermedad se cura. Según el genotipo viral y la clínica del paciente se combinan inhibidores de proteasas, inhibidores de NS5A (proteína viral) e inhibidores de la polimerasa viral.   Los antivíricos pueden curar más del 95% de los casos de infección por el virus de la hepatitis C, lo que reduce el riesgo de muerte por cáncer de hígado y cirrosis, pero el acceso al diagnóstico y el tratamiento es limitado. 

El virus de la hepatitis C se transmite por vía sanguínea. Principalmente se transmite al consumir drogas inyectables, mediante el uso compartido de material de inyección; en entornos sanitarios, debido a la reutilización o la esterilización inadecuada de equipo médico, especialmente jeringas y agujas. También se puede transmitir por vía sexual, y puede pasar de una madre infectada, a su niño; sin embargo, esas formas de transmisión son menos comunes.

En la actualidad no existe ninguna vacuna contra la hepatitis C, pero la investigación en esa esfera continúa.

Contacto: virologia@farestaie.com.ar - dgagey@farestaie.com.ar