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10-07-2023

Día Mundial de la Diabetes




La diabetes mellitus tipo 2 (DM-2) es una enfermedad crónica y sistémica, relacionada con la obesidad tan estrechamente, que ha dado lugar al surgimiento del término "diabesidad", acuñado por Paul Zimmet en el 2001 para destacar la incuestionable vinculación entre ambas. Estas dos enfermedades constituyen actualmente la epidemia del siglo XXI, y se encuentran dentro de las denominadas Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT).

La Diabesidad es el término utilizado para describir la DM-2 como consecuencia de la alteración metabólica en el paciente que padece obesidad.

 Cada 14 de noviembre, se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, que es una oportunidad para crear conciencia sobre el impacto de la diabetes en la salud de las personas. Busca también destacar las oportunidades que existen para fortalecer la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la diabetes. El tema de este año es “Educación para proteger el mañana”. La Organización Mundial de la Salud  hace un llamado a la necesidad de fortalecer el acceso a una educación en diabetes de calidad tanto para el equipo de salud como para las personas que viven con diabetes, sus cuidadores y la sociedad en general.

 Según datos de la OMS, el número de personas con diabetes fue 4 veces mayor en 2014 que en 1980, con la mayoría viviendo en países desarrollados, y se estima que para el año 2035 la diabetes representará la séptima causa de muerte. La Federación Internacional de Diabetes estima que para el año 2040, el número de personas con diabetes tipo 2 en el mundo se elevará a 640 millones. 

En relación a la patogénesis de la obesidad, el tejido adiposo libera citoquinas que conducen a un estado proinflamatorio, generando un estrés oxidativo en macrófagos tisulares y adipocitos, favoreciendo aún más el proceso inflamatorio. A su vez, la hiperglucemia crónica conduce a una activación de procesos auto-oxidativos, con generación de radicales libres de oxígeno. Es por esto que decimos, que en la obesidad y enfermedades metabólicas relacionadas, existe una inflamación crónica de bajo grado, que lleva a complicaciones vasculares y disfunción de la mayoría de los órganos.

PAPEL DE LA MICROBIOTA INTESTINAL

La microbiota intestinal se considera actualmente un factor implicado en el desarrollo de estas enfermedades crónicas no transmisibles, en las cuales se ha reportado disbiosis intestinal (es decir, alteraciones en la composición y/o función de la microbiota) en numerosos trabajos. Estudios recientes demuestran que la microbiota puede tener un impacto en el aumento de peso y la adiposidad, a través de varios mecanismos interconectados, como la utilización de energía a partir de los alimentos y la producción de metabolitos bacterianos, que tienen efectos inflamatorios y actúan a nivel del eje intestino-cerebro. Unos de los más importantes son los ácidos grasos de cadena corta-AGCC (principalmente el butirato), producto final de la fermentación de carbohidratos complejos no digeribles.

Los principales productores de AGCC son Akkermansia muciniphila, Prevotella spp, Ruminococcus spp, Coprococcus spp, Faecalibacterium prausnitzii, Eubacterium rectale y Roseburia spp. Estos AGCC se absorben a nivel intestinal, son moduladores de la respuesta inmune, reguladores de la producción de ciertas hormonas y participan en la lipogénesis. También intervienen en el mantenimiento de las uniones estrechas de la barrera intestinal, disminuyendo así su permeabilidad. Con respecto a las funciones metabólicas, los AGCC disparan la liberación local de péptido YY y de neuropéptido 1 glucagon-like a partir de las células L enteroendócrinas, regulando la digestión y el metabolismo lipídico con un efecto indirecto sobre el almacenamiento de ácidos grasos en el hígado. Los estudios metagenómicos demuestran que todas las vías relacionadas a los AGCC, así como sus concentraciones, están elevadas en humanos y animales con obesidad y sobrepeso.

En relación a la microbiota intestinal, individuos diabéticos presentan bajos niveles de bacterias productoras de butirato, como Faecalibacterium prausnitzii, Roseburia intestinalis o Eubacterium rectale, así como de especies degradadoras de mucina, como Akkermansia muciniphila o Prevotella sp. En otros estudios, se ha hallado un incremento de algunos patógenos oportunistas, como Desulfovibrio, Escherichia coli y la familia Bacteroidaceae. Las bacterias Gram negativas podrían estar ligadas a la patogénesis de la diabetes tipo 2, a través de la producción de lipopolisacárido (LPS) que promueve un estado proinflamatorio subclínico como el que ocurre en los desórdenes metabólicos. La permeabilidad intestinal también se encuentra alterada en estos pacientes, con una disminución de la expresión de proteínas de las uniones estrechas, incluida la zonulina. Esto permite el pasaje de antígenos desde el entorno intestinal, promoviendo inflamación y estrés oxidativo.

La dieta es el principal factor del estilo de vida implicado en la génesis, prevención y control de la diabetes, la obesidad y otros desórdenes metabólicos. Muchos estudios han revelado que la susceptibilidad genética a la obesidad podría interactuar con un entorno obesogénico, generado por patrones dietarios que alteren la microbiota intestinal, combinado con el sedentarismo y la inactividad física. 

Numerosos estudios han evaluado el uso de probióticos para el manejo del sobrepeso y la obesidad, la insulinorresistencia y la dislipemia. Con respecto a su uso en diabetes, se ha observado que Bifidobacterium lactis, Lactobacillus acidophilus y L. rhamnosus son efectivos para disminuir la glucosa en sangre y la hemoglobina glicosilada.

BIBLIOGRAFÍA

1.Lazar et al. Gut microbiota, host organism, and diet trialogue in Diabetes and Obesity (2019). Front. Nutr. 6;21. 

2.Agus A, et al. Gut microbiota-derived metabolites as central regulators in metabolic disorders (2020). Gut; 0:1-9

3.Abenavoli et al. Gut microbiota and Obesity: A role for probiotics (2019). Nutrients; 11:2690

4.Castaner O, et al. The Gut microbiome profile in Obesity: A systematic Review (2018). Int J Endocrinol, DOI 10.1155/2018/4095789

5.Corado Gomes A, et al. The Human Gut microbiota: Metabolism and Perspectives in Obesity (2018). Gut Microbes; 9 (4): 308-325.